Aluminio

Evita el aluminio

El aluminio es un metal no ferromagnético que está presente en nuestra alimentación. La mayoría de las personas sufrimos en alguna medida de toxicidad por aluminio. Tras años de exposición y almacenamiento en nuestros tejidos, este veneno puede acabar provocando desde la degeneración del cerebro, a trastornos en el riñón y deformaciones del esqueleto.

Es particularmente tóxico para el sistema nervioso con una serie de síntomas que pueden incluir trastornos del sueño, nerviosismo, inestabilidad emocional, pérdida de memoria, dolores de cabeza, y problemas de intelecto.

Limita la capacidad del cuerpo para asimilar calcio, fósforo y flúor, lo que impide el crecimiento del hueso y reduce la densidad ósea. Cualquiera de estas situaciones puede provocar debilidad y deformación en la estructura ósea con efectos paralizantes.

También ocasiona dolores musculares, problemas del habla, anemia, problemas digestivos, disminución de la función hepática, cólicos y la función renal.

Cómo nos llega el aluminio

1- A través de algunos medicamentos: analgésicos, ayudantes digestivo, antiácidos,… Consulta y revisa los ingredientes de la medicina que te recetan.

2- Productos de higiene: cosméticos, desodorantes y geles de ducha.

3- Utensilios de cocina: en los alimentos que han sido cocinados en ollas de aluminio o de acero inoxidable, y almacenados en recipientes de papel de aluminio.

4- Conservas de alimentos y bebidas: por sales usadas para conservación como el Fosfato Sódico de Aluminio E541, aditivo utilizado en la industria por su capacidad leudante y emulsionante. Entre las aplicaciones más comunes se encuentran: pasteles, pastas, dulces, repostería, pizzas, productos avícolas, bocadillos, quesos y patés.

Desintoxicación

Cuando el aluminio acumulado en cantidades superiores a las tolerables se elimina, provoca irritación de las terminaciones nerviosas de los músculos, la espalda y de los riñones, que son el órgano encargado de su eliminación por la orina.

En el cerebro, este proceso de desintoxicación va acompañado por confusión mental, con síntomas similares a la gripe: fiebre, escalofríos y secreción mucosa. Debido a que cualquier descarga nasal será tóxica, escupirla en lugar de tragarla.

La desintoxicación seguirá su curso y finalmente los síntomas desaparecerán.

Reducir la exposición al aluminio

Una relación de consejos:

  • Reemplazar el aluminio de los utensilios de nuestra cocina. Usar acero con recubrimiento de esmalte o hierro. No superficies antiadherentes.
  • No cocinar alimentos envueltos en papel de aluminio, minimizar su uso para el almacenamiento, y nunca utilizarlo para envolver alimentos ácidos (naranjas, limones, tomates, etc.) o alimentos cocinados que todavía está calientes.
  • Utilizar ollas vaporeras de bambú en lugar de metal.
  • Incrementar el consumo de frutas y verduras orgánicas, de huertas familiares o si hay espacio en casa, cultivar nosotros mismos.
  • Ajo, cebolla y limón todos los días en nuestra comida.
  • En restaurantes, lo mejor es sólo pedir ensaladas y alimentos cocinados en la parrilla. Así nos aseguramos que no hay contacto con utensilios de aluminio.
  • Revisar siempre las etiquetas de todos los alimentos, medicamentos y productos de higiene.
  • Suprimir los quesos industriales especialmente procesados, quesos fundidos elaborados a partir de productos lácteos fermentados.
  • Minimizar el consumo de cualquier producto de panadería industrial si no tenemos certeza de que no se emplean sales de aluminio.
  • Reemplazar todos los empastes metálicos de nuestra boca.

Saber más

https://es.wikipedia.org/wiki/Aluminio

http://www.larazon.es/historico/aluminio-cobre-y-acero-los-materiales-mas-toxicos-en-la-cocina

http://www.atsdr.cdc.gov

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